Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

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martes, 26 de abril de 2016

Amores prohibidos.

Cuando la Luna mengua se transforma en una cuna para mis penas, anoche me quedé mirándola mientras bebía absenta para limpiar mi paladar de tu sabor y olvidar aquellos besos.
Estuve observando al Sol salir intentando besar a la Luna, como en cada amanecer. 
Los amores prohibidos siguen existiendo por mucho que cambie el mundo. Por mucho que se oscurezcan los cielos y se sequen las lagunas, los amores prohibidos nunca dejarán de ser un dolor constante y palpitante en nuestros pechos.
Ayer el Sol tampoco consiguió besar a la Luna.

Anoche el pirata tampoco encontró el camino de la voz de su sirena.
Le llamaron loco, loco por buscar seres que sólo existen en cuentos de hadas, pero él la escuchó, un día la escuchó entre aquella tormenta, y ahora navega solo, pues todos lo toman ya por enfermo, da vueltas por el triángulo delas bermudas con la secreta esperanza de encontrar a su sirena o morir pronto para poder dejar de hacerlo.
Quizás en el fondo del mar le salgan branquias...

Ayer, aquél niño dejó de soñar con tocar las estrellas, en el colegio le dijeron que si se acercaba a ellas le quemarían hasta las entrañas.
Una niña de su clase se río de él cuando el niño, que iba a ser un poeta y un romántico, les dijo, morirme en ella es mejor que poder tocarla, podré convertirme en un trozo de su estrella para siempre. 
La niña se río de su poética virgen y de su cara de loco enamorado. Y ya no, ya no será un poeta y un romántico, ahora mirará al cielo sólo de día.

Anoche, desde mi tejado lo vi, vi el Sol llorando por no poder besar a la Luna, enrojeciendo el cielo con su dolor, mientras la Luna seguía ahí sin querer irse, tan lejos y tan cerca que podían verse, y lo entendí. 
La Luna lleva miles de años velando por las noches sólo para poder ver al Sol en el amanecer. Nunca le interesó mi poesía, nunca le importó que yo suspirara por ella, pero no podía decirme que no, ella sabe lo que duele tener un amor imposible. Un amor que duele hasta que la vida se te va.
Entonces supe que la muerte tenía sentido, la Luna jamás dejará de sufrir por amar al Sol, pero un día nosotros, pequeños mortales, dejarán de dolernos todas las penas, dejaremos de soñar con amores inexistentes.
Mientras tanto, soñarte, seguirá siendo una razón para estar despierta, inventar como besarte una razón para seguir viviendo y amarte hasta la locura será la razón por la que merezca la pena morir.

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