Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

miércoles, 8 de julio de 2015

A veces no hay tiempo para decir adiós.

"No llores más". Te digo mientras el dolor de esos ojos más azules que el jodido océano me traspasan su dolor a mis ojos que son pura tierra. La magia de tus ojos ahoga mi escepticismo, enfrían mi calor.
Y me duelen tus lágrimas más que la sangre que brota de mi estómago.
Y sigues llorando sin consuelo, gritando con miedo y dolor.
Y te abrazo con el mismo cuidado que has tenido tú para confesarte, sin mirarte a los ojos porque, me duelen.
Y se juntan la sangres de nuestras heridas con tal armonía que no se pueden diferenciar, como si toda la vida hubieran estado juntas.
Y tus lágrimas me agotan, se me cansa el alma, que sólo desea dormir en este pequeño refugio tan cerca del cielo que hemos podido encontrar.
Y te escucho deseando poder hacerte callar, porque te quiero sí, y porque no puedo dejar de pensar en dormir. También.
Y aprieto tu cabeza contra mi pecho, para que oigas mi corazón latiendo sí, y porque así los decibelios de tus gritos y lágrimas disminuyen.
Y es que yo sigo sangrando, luchando entre la valentía, la cobardía y la temeridad. Entre la esperanza, el dolor y el cansancio. Entre seguir oyendo tus lágrimas sin poder hacer nada, llorar hasta quedarme dormida junto a ti o irme lejos hasta que dejes de llorar.
Y te quiero, claro, tus ojos azules como el mar por la noche me hacen querer bucear en ti toda la vida, tus lágrimas me escuecen en la piel tanto como en el corazón. Y tu dolor es mi dolor, igual que lo son tus monstruos y lo son tus ojos.
Pero no puedo más, lloras por la muerte, y la muerte es lo único que no podemos cambiar.
¡No vendrán a resucitarlos, no existe magia ni poder divino que levante a un muerto de la tierra!
Quiero gritarte, porque te quiero, pero estoy muy, muy cansada. Tan cansada como triste, tan derrotada como, que quiero llorar. 
Quiero llorar contigo hasta quedarme dormida. Pero llorar desconsoladamente por la muerte, es admitir que no podemos aceptar el ciclo de las cosas. Además siento que me vaciaré a la velocidad que baja una cascada.
Yo tampoco quiero aceptarlo, yo también lo recuerdo y me duele, pero pienso en el ahora, y creo que nosotros estamos peor. Nos queda mucho, mucho para sobrevivir, demasiado para llegar a vivir.
Te quiero sí, pero ojalá dejarás de llorar para poder llorar yo también.

No hay comentarios:

Publicar un comentario