Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

martes, 2 de diciembre de 2014

Ni príncipes azules ni reyes de la oscuridad.

He marcado cada mes más distancia de tus pequeños ojos castaños pensando que así te sentiría más lejos y notaría menos tu ausencia y no, ahí estás grabado con una estaca en mi corazón.
¡Me cago en internet y en las buenas conexiones de wifi!
Ahí estás, cantándole canciones al aire, canciones que hace años me solías cantar a mí, y como duele, que tengas esa voz tan bonita y ya no use sus cuerdas vocales por mí, que no me dediques esas letras, que ya nada volverá a pasar.
Siempre pensé que conocería a otro, y los conocí, y no eres el más listo ni el más guapo, puede que ni siquiera hayas sido el que más me ha querido, es más, estoy segura de eso. Y en cambio, aquí estoy, años y años después, acordándome de ti, del día en que te conocí y pensé "Eso nunca".
No recuerdo el día en que supe que mi corazón empezaba a palpitar con vida propia por un nombre propio, y lo negaba y lo negaba "Yo no me enamoro joder, no soy de esas". 
No recuerdo el momento exacto en el que me dí cuenta pero sí recuerdo las palabras de una amiga mía "Puede que la rubia sea yo pero aquí la tonta eres tú". 
En el momento me dio más por reírme que por pensar, pero ahora me da más por pensarlo que por reírme.
La tonta era yo, y ya nunca más he vuelto a serlo, nunca más he vuelto a desear simplemente mirar unos ojos durante largos minutos, acariciar una piel sólo por acariciarla. No he vuelto a casi querer a nadie, casi, porque me niego a creer que eso fuera amor.
Puedo ser mala con otros hombres, no decirles ni mi verdadero nombre, irme de puntillas cerrando la puerta con cuidado, puedo dejarles con un "Lo siento, pero no". 
Pero contigo no puedo, no puedo ni recordarte con rencor.
Mi rencor por ti está caramelizado, horneado y envuelto en dulces.
No quiero ser esa chica, y no lo soy si tú no estás.
Y no quiero dedicarte una letra más de mi vida, pero qué le voy a hacer si los príncipes azules no me gustan y los reyes de la oscuridad me asustan y tú estabas en medio, sigues ahí.
Fue tan bonito, tan intenso, tan cursi y repulsivo.
Y ya ni te casi quiero, pero me jode en el alma no poder casi querer a nadie, no porque me destrozarás, no porque no me enseñarás, solamente porque, por alguna razón no he vuelto a mirar con los ojos con los que te miraba a ti, a nadie.
No puedo, no me sale, los miro, más grandes, más verdes, más azules, más oscuros, más tiernos, más blandos, más fuertes y solo veo su color, pero nada que haga palpitar a mi corazón. ¡Te juro que lo intento!
Y es que es verdad, yo no me enamoro joder, no soy de esas.
Pero cuando pruebas la dulce agonía de volverte un idiota casi enamorado, mierda, es peor que la coca, porque ninguna cama caliente podrá dejarte igual de satisfecho.
Qué tendrás que por muchos meses que pase sin recordarte vuelves a mí sin más y no puedo dejar de pensar en porqué tuve que hacerlo, y sobre todo en porqué mierda no he podido volver a hacerlo nunca así.
Tan cursi y repulsivo que me hacía llorar purpurina.
Un cigarrito por nuestro asqueroso cariño y
nuestro rencor caramelizado.
Ay, niño, si por lo menos tu estuvieras enamorado de otra, sería todo más fácil, pero me consta que no, que nunca pudiste casi querer a nadie más. 
Y mira que lo intestaste, compulsivamente y con todo lo que me rodeaba, pero no, no te guardo rencor, yo también te busqué en otros ojos, qué estúpido creer que hay dos personas iguales. ¿No te parece?


No hay comentarios:

Publicar un comentario