Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

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lunes, 24 de noviembre de 2014

No podrías ser mi lobo feroz.

Mi día comienza a las cuatro de la tarde cuando enciendo mi primer cigarro y termina a las cuatro de la mañana con mi último trago.
Lo siento chico, pero tu carita de ángel no pega con mi cola de diablo.
No me mires con esos ojitos pequeños y dulces porque me tienta el diablo a bebérmelos de un trago como si fuera ron con cola.
No es que sea mala y por eso no quiero acariciar tus labios es que no quiero hacerte más daño del que ya te habrán hecho.
Ángel mío, a mi me arrancaron las alas antes de aprender a volar, tú todavía puedes llegar a pisar el cielo alguna vez.
Sólo te traería problemas, créeme, soy como un imán para los negocios sucios, esos que los chicos buenos como tú solo oyen por las noticias.
Lo nuestro es sólo una ilusión, no aguantarías conmigo ni un sólo asalto.
No quiero que piensen que es porque me han hecho daño, y es que yo desde que pise la tierra convertí mi corazón en una piedra de acero.
No llores por mi o me tentará el diablo a beberme tus lágrimas, y cuando te bese no te querré dejar marchar.
No tienes cabida en mi día, tú te levantas a las siete como un niño bueno y a las diez estás en casa mirando embobado la televisión, apenas has probado más alcohol que la cerveza, y tus labios casi vírgenes no han probado ni la doble malta para desayunar.
¿Por qué me buscas si sabes lo que puede pasar?
No me obligues a hacerte trasnochar.
Que yo soy un animal de instintos y pasiones que vive las noches y baila bajo la Luna. Aullándole como un lobo feroz, un lobo embrujado.
Nunca podrías domar a un lobo de las montañas como yo, la única que me manda es la Luna, cuando está arriba del todo significa que tengo que salir de caza.
Ángel de ojos oscuros, no me busques por los bares sucios, no me interrumpas los negocios, no me invites a una copa, no me obligues a morderte que lo mío es contagioso y una vez te muerda o te conviertes en un lobo adorador de lunas llenas o te marchitas a los pies de las montañas.
Ay, niño bueno huye de los lobos feroces que siempre dan problemas.

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